En realidad esta metáfora, o más bien esta relación de procedimientos con el corazón, nació en oración, en el lugar donde nacen algunas de las frases que se publican en el Facebook de vamos no aflojes, especialmente las ultimas, todas han nacido ahí, en un tiempo de conversación con Dios.
Y es que esta frase viene de hace cerca de un mes aproximadamente, y es parte del trabajo de Dios en mi carácter, y es ahí, cuando estaba hablando de eso, Dios me lleva a otro tema más profundo de mi corazón, es más le estaba hablando de una área de mi vida especifica, y es en ese momento donde Dios me lleva a recordar mi pasado pero más precisamente mi infancia, en otras palabras me lleva al origen, a mi origen.
Desde pequeña tuve un carácter bastante tranquilo, incluso hasta sumiso, pero es en la primera infancia solamente, alrededor de los 3 a 4 años, y producto de una gran timidez también no conocí la palabra No, para mi decirlo era muy difícil, y por eso era “una buena niña”, y con los años lo llame “buena hija”. Es esa imagen que cuando estoy pidiendo a Dios por mi carácter gruñón mejore, Dios me trae esta imagen (y digo imagen porque existía una foto de esa época, foto que con los traslados de casa se perdió, pero que para mi representa ese tiempo). Serian unos 2 o 3 veces que pasa lo mismo, y cuando recuerdo eso Dios me dice “esa eres tú, no la que dices que eres ahora, siempre has sido esta”. Y me lleva a entender que siempre dentro de mi corazón he sido la misma niñita que era en esa época, y después de varias conversaciones mas en que Dios vuelve a reiterar eso, me hace entender que como medio de defensa me volví mas rebelde, más dura (pero quizás no mas fuerte). Es así como en un momento de edición de ppt y de búsqueda de un archivo, llego a la papelera de reciclaje de mi PC, y es ahí donde Dios me vuelve a recordar lo anterior, y es ahí donde se crea finalmente esta metáfora.
Que a mí me decía “quisiste eliminar muchas veces ese carácter tímido, dócil, y tierno, tanto que lo eliminaste de ti, y diste cabida a otras emociones, dejando de un lado eso, pero nunca las eliminaste del todo, ahora es cuando Yo (Dios) voy a tu papelera y restauro lo que quisiste eliminar, porque nunca se elimino definitivamente de tu corazón, solo estaba en la papelera de reciclaje”.
Esa es el detrás de esta metáfora que a varios ha bendecido, y deseo de corazón que Dios restaure todo aquello que hemos querido borrar, pero que es parte de nuestro diseño original, y que nuestro creador cuando lo requiera restaurara todo aquello que le es de utilidad, y que quisimos borrar.
Bendiciones