Seguimos pensando en lo que Tú tienes para entregarle a Dios, y así poder ser útil en su obra.
Hace unos días atrás en una conversación recordé desde cuando comencé a escribir, y aunque algunos puedan pensar que fue un momento súper especial, en realidad no lo fue, (en realidad lo hacía desde pequeña, pero debido a mi gran imaginación nunca me costó hacerlo, solo bastaba una idea y ahí me ponía a escribir, pero ese no es el hecho), si no que mas que nada en un inicio comenzó como una «terapia» frente a tentaciones propias de la adolescencias y de pecados ocultos que años antes había tenido, que ya había sido sanado, pero que durante el periodo de renuncia y de sanación completa provenían tentaciones, y como medio para aplacar esto, decidí sacarlo y escribirlo. Siempre me gustaron las buenas historias románticas y durante un buen tiempo escribí historias de este tipo, historias simplemente, sin un mayor trasfondo, pero en las cuales me afanaba mucho cuando las escribía, y como «todo lo que ocupe el lugar que debe tener Dios, va contra el» entonces en mi afán de terminar una idea le quitaba su lugar a Dios. Fue así como me di cuenta que tenía un talento, que Dios mismo me había dado, y por ende debía usarlo para Él. Por ello fue que me di cuenta que así como podía inventar historias podía redactar lo que Dios me hacia comprender en mi día a día, y así mismo bendecir a otros.
Que es lo que quiero que entiendan con esta pequeña historia, es que Tu tienes talentos los cuales si decides ponerlos a disposición de Dios, El mismo se encargara de ayudarte para que estos talentos sean compartidos con otros que necesitan de ti, quizás lo tuyo no es escribir, pero si es cantar, pintar, o bien enseñar, no lo sé, sea lo que puedas tener en ti, créeme Dios puede usar para mostrar su gloria en Ti Quizás me digas “pero si yo he mal gastado mi talento, no creo que Dios quiera que lo use mas, y mucho más para servicio de Él”, a esto yo solo puedo decirte “vuelve a leer el comienzo de lo que escribí”, recuerda yo comencé usando mi talento como terapia para sacarme una idea que me tentaba a pecar, y para no hacerlo, decidí escribirlo, y así no pecar. Dios ocupará parte de nosotros mismos para darnos la victoria sobre nuestras debilidades, y posteriormente usarnos para bendecir a otros. La primera persona en la que nuestro talento será estrenado, seremos nosotros mismos, en nosotros será puesto a prueba primero. Entonces si funcionó con nosotros: Por qué no en los demás?
Y si necesitan mas ejemplos, les dejo a uno que refleja claramente como Dios usa lo que nosotros podemos mal utilizar para avanzar con su obra.
“Cuando lo oyeron hablar en el idioma de ellos, el silencio fue aún mayor.
Entonces Pablo dijo: «Soy judío, nacido en Tarso, una ciudad de Cilicia, y fui criado y educado aquí en Jerusalén bajo el maestro Gamaliel. Como estudiante de él, fui cuidadosamente entrenado en nuestras leyes y costumbres judías. Llegué a tener un gran celo por honrar a Dios en todo lo que hacía, tal como todos ustedes hoy. Perseguí a los seguidores del Camino, acosando a algunos hasta la muerte, y arresté tanto a hombres como a mujeres para arrojarlos en la cárcel. El sumo sacerdote y todo el consejo de ancianos pueden dar fe de que esto es cierto. Pues recibí cartas de ellos, dirigidas a nuestros hermanos judíos en Damasco, las cuales me autorizaban a encadenar a los seguidores del Camino de esa ciudad y traerlos a Jerusalén para que fueran castigados.
»Cuando iba de camino, ya cerca de Damasco, como al mediodía, de repente una intensa luz del cielo brilló alrededor de mí. Caí al suelo y oí una voz que me decía:“Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Hechos 22:2-7 NTV