Hace días fuimos de camping con la familia, y ya sea cuando llegamos o cuando nos fuimos, toco poner y quitar estacas de las carpas, y no se me podía quitar de la mente esto: “de la misma forma en que necesitamos afirmar y colocar bien las estacas para que las carpas no se vuelen, así mismo Dios desea que nuestra fe pueda ser afirmada en nuestras vidas, para que cuando vengan las dificultades esta no se tambalee, sino que nos ayude a fortalecernos”.
Durante años Dios fue probando mi fe, quizás en el momento no lo comprendí y hace un tiempo atrás me di cuenta. Dios fue trabajando en ella para que sea mi fortaleza en momentos de duda (los que son constantes) y en momentos de confusión. Hoy al mirar hacia atrás y ver como Dios lo fue haciendo, solo puedo darle el crédito a Él.
Recuerdo la ocasión en que mi fe fue totalmente tambaleada, todo lo que yo creía conocer de Dios se me vino abajo, me quede como: “y ahora qué hago”? el duelo fue duro, volver a creer fue difícil, mas cuando sabes que es Dios permitiendo todo para probarte, pero recuerdo haberle dicho “sé que estás detrás de todo esto, pero me cuesta confiar en ti”, y así fue. Los años pasaron, incluso la reflexión “Jehová dio, Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito: dando gracias por lo incomprendido” es la más vista del blog, y fue escrita después de esa prueba de fe. Al día de hoy Dios ha usado mi fe para animar a otros, y para que pueda ser mi escudo y fortaleza en momentos duros.
Pero como dice James Dobson en su libro “Cuando lo que Dios hace no tiene sentido” habla de una “barrera de la traición” citando a otro autor que lo menciona así, es que cuando pasamos momentos difíciles y nuestra fe no es bien firme, esta es puesta a prueba, y en muchos casos tendemos a enojarnos con Dios por no entender lo que estamos viviendo, porque tenemos tan pegada esa imagen de que Dios al ser AMOR está obligado a tratarnos bonito y a que no nos pase nada malo, y solo cuando nos pasan cosas lindas y buenas entonces creemos en Dios y Él es todo y mas, pero cuando no nos da lo que pedimos o nos quita, o simplemente guarda silencio, nos enojamos como niños pequeños a los que sus padres no le compran aquel juguete que han visto en la tienda y por el cual se han encaprichado.
El autor nos dice “Dios no está a nuestro servicio, somos nosotros quienes estamos a su servicio”, haciendo alusión a que no siempre entenderemos lo que nos pase, pero no por eso dejaremos de creer y de confiar en quien envió a su único hijo para morir por nuestros pecados y darnos salvación.
La Palabra de Dios nos dice que “sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6) y es esta misma fe la que nos habla en Efesios 6 cuando menciona “tomad el escudo de la fe para que podáis apagar todos los dardos del maligno”, obviamente si leemos al inicio (por el verso 10 en adelante) nos habla de toda la armadura, no solo de una parte de ella, sino de ella completa para estar firmes y no caer.
Así que mantengamos nuestras estacas firmes en tierra, para proteger nuestra tienda (carpa) firme y que no se nos vuele, al igual que nuestra fe, pueda ser fortalecida cada día por medio de la lectura de la Palabra de Dios y de la comunión con el Padre.
Bendiciones!