El Síndrome del Hermano Mayor Parte 2

Anteriormente habíamos hablado del Síndrome del Hermano mayor pero con un enfoque más que nada en aquellas “las buenas personas”, pero ahora terminaremos la historia y esta radica en la respuesta que le da el Padre al hijo mayor.

Y es  que este le recuerda que el siempre lo ha tenido todo, pero que por su amargura y por no hacer las cosas de corazón si no que buscando una bonificación, no ha podido disfrutar lo que siempre ha estado a su alcance.

Recuerdo una frase de mi papá que siempre me la solía decir cada vez que le pedía permiso para comerme algo que sabía que él había comprado:

“Lo que compro es para comerlo no para guardarlo”. Me tome esa frase tan apecho que cada vez que veo que compra algo ya lo saco y como sin remordimiento, porque él me dio la confianza de hacerlo.

La biblia no relata mas detalles de la historia del hijo mayor, ya que los personajes centrales no son los hijos si no el padre, pero tuvo que haber ocurrido algún hecho en la vida del hermano mayor para este no haya servido a su padre de corazón, de lo contrario si lo habría hecho verdaderamente con fidelidad.

Ahora te pregunto “te has sentido alguna vez como el hermano mayor”? has estado sirviendo solo para ser reconocido?.

Esta reflexión en un principio estaba apuntada solo para los no creyentes, pero el espíritu de Dios me ha hecho llevarla a dos posiciones, quizás bien distintas pero las ideas están en una misma historia, esta segunda parte es enfocada en nosotros, los ya que somos Hijos, vivimos con el padre, le conocemos, le servimos, pero en que momento dejamos de servirle por amor a hacerlo por un simple deber o querer reconocimiento?

El hijo mayor claramente estaba resentido con el padre, no con el hermano menor, debido al trato que este le dio a quien había mal gastado toda la parte de su herencia. Ahora usted dirá, pero “que le importaba al hijo mayor lo que el menor hiciera con su parte de la herencia, y al final era suya, el padre se la había entregado, le pertenecía”. Y estoy de acuerdo pero lo que pasa es que ese no es el asunto, el punto es que el padre dejo que el hermano malgastara todo, es mas se la entrego.

Le ha pasado que hemos visto personas que no son justas, que roban, que mienten, que no hacen lo “correcto” pero aun así les va bien? Como se ha sentido usted?

Bueno esa es la situación del hermano mayor, pero aun cuando vio todo siguió con el padre y no lo abandono, pero no lo hizo por fidelidad, por amor, si no quizás buscando alguna recompensa, por ello se molesta tanto cuando el Padre lo va a buscar. Es ahí donde lo recrimina y le pide explicaciones.

Hay una confianza quebrada y más que eso, está rota, un hijo que confiaba en su padre, pero que según “su criterio” el padre no actuó correctamente, entonces inmediatamente el vinculo es roto, cortado y actuamos no por amor, si no por resentimiento, como si el padre cambiara de parecer a cerca de la “gran injusticia” que estaba cometiendo.

Pero el Padre no cambia de parecer, si no que le dice “aquí lo tienes todo, puedes disponer de ello cuando quieras”.

Es que a caso, puede un hijo no sentirse hijo? Porque vive con el padre, lo ve siempre, disfruta de su presencia,  le sirve pero no se da cuenta nada de eso porque esta amargado?

Ahora les pregunto: ¿Cuántas veces estamos en su casa, vemos lo que hace, es más le servimos, pero no lo disfrutamos porque estamos molestos con el Padre?

¿Estamos sirviendo de corazón o solo lo hacemos buscando reconocimiento?

Existe una línea muy estrecha entre el corazón orgulloso y el humilde, y esa línea es el reconocimiento que muchas veces las personas sin la mala intención lo dan. Pero cuidado! Servir a Dios es muy grato, es agradable, pero si no es de corazón solamente será una carga, una muy pesada que no hallaremos la hora que termine para descansar, o dársela a otra persona.

El verdadero servicio es de corazón, lo demás es solo responsabilidad.

Si tu corazón está molesto con Dios por alguna razón, no le sirvas, primero anda a su presencia y habla con Él, de lo contrario tu servicio estará siendo por cumplir, y estarás más propenso a ser tentado en muchas más áreas que el que lo hace de corazón sincero.

El hermano mayor estaba resentido, molesto con el Padre, tanto que creyó que su súper “fidelidad” le haría merecedor de un mejor banquete de parte de su padre, pero no se esperaba tal respuesta.

Tú sirves no para obtener un premio o recompensa al terminar tus días, sirves porque es tu deber de hijo hacerlo, y es mas debes hacerlo de corazón.

Si Dios nos quiere recompensar es asunto de Él más adelante, pero si no lo hace? Le servirías igual?

Creo que esas preguntas no se las hizo nuestro personaje esta vez, creo que por eso Jesús no le dio un final a esa historia, porque el centro es el amor de Padre para con sus dos hijos, y no las aventuras del primero ni las desventuras del segundo, no sabemos si el hijo menor después del banquete sirvió fielmente el padre, o si el mayor decidió irse de la casa, eso no está escrito, pero si entendemos que sea cualquiera la decisión que hayan tomado ambos, el amor del padre no cambiaria.

Y es ese mismo amor que está vigente, ya sea que seamos el hijo que lo tuvo todo y no lo aprovecho y después volvió arrepentido, o seamos el que aun estando en la casa, de igual forma teniéndolo todo no estaba disfrutando por estar resentido, cualquiera sea, a los dos el Padre los ama y no lo deja de hacer por los errores que cometieron, no los juzga, no los rechaza si no que va en busca de ellos.

Dios te bendiga! 🙂 

El Síndrome del Hermano Mayor Parte 1

Todos conocemos la historia de Lucas15:11-32 la “Parábola del Hijo Prodigo”, y es que siempre pensamos que el personaje central de la historia es el hijo menor que sale de su casa con la parte de la herencia que le corresponde, y luego la malgasta y cuando se da cuenta que ya no tiene más decide volver a su casa donde lo tenía todo, y el padre lo recibe de vuelta, y como que siempre terminamos la historia hasta ahí, y al que no conoce de Jesús le decimos “tú eres como ese hijo menor que salió de su casa, pero Dios te está esperando con os brazos abiertos, porque nunca se ha cansado de esperarte, y tiene un lugar para ti si decides entregar tu corazón a él”. Y no está mal decirlo, pero no todas las personas creen que están mal y que lo han hecho todo mal, por eso es que dicen “pero yo no me parezco al hijo prodigo”. Pero como nuestro Dios es muy sabio sabia eso, por lo que no debemos olvidar que este Padre no solo tenía al prodigo que se fue, si no que tenía otro hijo, uno mayor, y este era lo opuesto al menor, este había hecho estado fielmente junto a su padre y quizás nunca se hubiera atrevido a pedirle la herencia a su Padre.

A simple vista es un hijo ejemplar, pero la Biblia da a entender que este “hijito perfecto” estaba lleno de amargura y resentimiento. Lo vemos cuando le recrimina a su padre por hacer el banquete al hijo menor, es más le dice “te he servido fielmente y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos” (parafraseando el versículo), como podemos ver, este hijo al parecer no servía a su padre porque lo quisiera hacer por amor, si no que es probable que esperara que por su “fidelidad” su padre lo recompensara con mas herencia o algunas regalías extras.

Yo no tengo la dicha de ser el hermano mayor y lo digo porque antes de mi vinieron 2 hijos y a mí me toco ser el conchito, pero si durante muchos años de mi vida me sentí como el hijo mayor de la parábola, y es más, este tipo de “hermano mayor” lo encontramos mucho más seguido de lo que pensamos…se trata de aquellas personas que dicen “yo no necesito de Dios porque no soy un pecador”, o las que dicen “la religión es solo para los que han hecho cosas malas, yo soy una buena persona”, y así hay muchas afirmaciones que comúnmente nos encontramos y a veces nos dejan con la coartada guardada, porque que le respondes a quien dice que “no necesita de Dios porque no tiene mayores necesidades”? o a quien te dice “pero si soy una buena persona”?

Lo que yo veo es el síndrome del hermano mayor, porque dicen que todo lo han hecho bien, pero solo es una careta para ocultar lo que verdaderamente hay en sus corazones, muchos llevan una vida “feliz y tranquila” pero han dejado sus verdaderos sueños a un lado porque tomaron malas decisiones, otros obtuvieron lo que querían pero se dieron cuenta finalmente que eso no los llenaba realmente, y son buenas personas, pero realmente no son felices.

Y que realmente necesitan es que Jesús cambie sus corazones y los llene todas aquellas áreas que han dejado de lado por querer ser “buenas personas”, la diferencia de una buena persona y un cristiano, no es que uno solo tiene a Cristo en el corazón y el otro no, si no que el que tiene a Cristo no siempre será una buena persona, y la buena persona solo será eso, una buena persona, que si no tiene a Cristo de nada le servirá serlo, más que callar su conciencia, pero su necesidad del alma, nunca la podrá calmar.

Espero que esta reflexión les pueda ayudar a guiar a mas “buenas personas” a que se decidan por Cristo y así se transformen de “buenas personas” a Buenos Cristianos!.

Bendiciones 🙂