Cuando hablamos de volver al origen, que viene a nuestra mente? Para todos es algo distinto, y cuando quise buscar un texto o cita bíblica para sustentar esto que quiero explicar, me costó mucho ya que no encontraba algo específico. Ya que toda la Biblia Dios se pasa invitando a su Pueblo escogido a volver a Él.
Volver al origen es ver como un Dios guerrero en el antiguo testamento por medio de las ofrendas y de diversas ceremonias invitaba a su pueblo a volverse a Él, no solo de actos si no con todo su corazón.
En el nuevo testamento vemos que todo esto que Dios había instaurado de nada había servido, porque su amado pueblo tomó todo como una costumbre y ya estaban bien lejos de hacer las cosas con el real sentido con la que Dios las había ordenado…que era: que se volvieran a Él completamente.
Pero en este día quiero hablarles de lo que para mí significa, hoy 23 de diciembre del 2016, volver al origen.
Estaba muy enfocada en mis preocupaciones, y mi tiempo con Dios últimamente era contarle como me sentía frente a esto que aun me preocupa. Pero me pasaba que no sentía nada, es mas por mas que le abría mi corazón a Dios, nada ocurría, me quedaba igual como al inicio, y esto era extraño, porque antes me había resultado. Cuando había estado enfrentando otra crisis o situación difícil que ponía en jaque mi fe y lo que creo de Dios, había ido ante Él, le abría mi oración cada vez que estaba mal, y Dios calmaba mis temores y corazón. Pero esta vez no pasaba nada…
Todo hasta unas horas atrás…estaba por un rato enfocada en otras cosas, quizás cosas domesticas o caseras, pero al menos mi mente dejaba de concentrarse en aquello que día y noche ocupaba mis pensamientos. Y fue en un pequeño tiempo en que me dedique a otra persona, en que por un lapso de tiempo me enfoque en otro y no en mí…en que el espíritu de Dios me dijo “se trata de volver al origen”.
No hablare del corazón del ser humano desde el génesis, pero si sé que hoy tanto, cristianos como no cristianos, estamos pendientes de nosotros mismos, y bien poco del resto que nos rodea.
Nos afanamos tanto en lo que nos ocurre a nosotros que dejamos de lado un gran mandamiento “ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39). Nuestras oraciones a veces están tan yoyos que solo nos enfocamos en nuestro dolor, en nuestras propias preocupaciones que nos olvidamos de los más importantes.
Hoy Dios me hacia comprender y creo que me quiso decir que “volver al origen es: dejar a un lado mis preocupaciones, y preocuparme por las cosas que a Dios le preocupan”.
Hacer eso no es fácil porque nuestra voluntad es quebrada y es rendida a la soberanía de Dios. Pero es importante.
No en vano la Palabra de Dios dice “ No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompe, y donde ladrones minan y hurtan; Mas haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan ni hurtan: Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón”. Mateo 6:19-21
Uuuuuii que potente la última parte, entonces nuestras preocupaciones de nada sirven si no son las correctas.
Ahora tu me dirás: “ah pero entonces a Dios no le interesa lo que a mí me pasa”? eso es erróneo, a Dios si le interesa, incluso quiere que le digamos lo que nos preocupa, pero así como lo quiere escuchar de nuestros labios, quiere también que no nos quite el sueño, y quiere que las dejemos a un lado y que confiemos en que ÉL se encargara de ello. Por eso dice en Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
Incluso el verso siguiente nos habla de que cada día trae su propio afán.
Por eso hoy Dios nos invita a volver al origen, no solo de nuestro corazón, si no con todo nuestro ser.
No siempre nuestro prójimo será alguien ajeno a ti, si no puede ser alguien de tu familia que está muy cerca.
Y respecto de aquello que nos quita el sueño, la Palabra de Dios también nos dice en que es en lo que debemos ocupar nuestros pensamientos: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. Filipenses 4:8
Y si usted es como yo de los que somos preocupones, mejor preocúpese por las cosas que a Dios le interesan, que por sus propias necesidades, que de estas Dios se encargará.
Preocúpate de adorar a Dios, de decirle que lo amas y cuán importante es para ti, de seguro que le sacas una sonrisa, al ver que aún con tu dolor o preocupación te enfocas en Él. 🙂
Bendiciones!