Les ha pasado que cuando dejan de orar, de comunicarse con Dios aunque sea por un día, volver a hacerlo les cuesta mucho? Para mi hablar de la oración es hablar de algo que vivo a diario, y no porque sea la mejor en hacerlo, si no porque es una de las cosas que más me cuesta hacer…
Viene a mi mente ese pasaje de la Biblia en el Números 13, cuando Moisés manda a un grupo a inspeccionar la tierra prometida y estos van y solo 2 de ellos traen buenas noticias. Ahora que tiene que ver esto con la oración?
Según yo se relaciona, ya que se pueden apreciar los años de esclavitud…su mentalidad aun era de esclavo aun cuando estaban libres, Dios les había proveído comida, les había rescatado de faraón, y estaban seguros en Dios. Pero aun así seguían sin conocer al Dios que tanto habían clamado pidiendo que los ayude.
No pretendo escribir sobre que es ser esclavo hoy en día porque creo que eso es algo notorio en nuestra sociedad, pero si comentar acerca de que son debe haber sido fácil para ellos disfrutar de la libertad, muchos de ellos habían nacido en esclavitud solo conocían de oídas las historias que sus padres les habían contado…creo que por todo ello, al ver a los gigantes tuvieron miedo. Es cierto que reconocían que la tierra era buena, pero…de seguro no podrían conquistarla. ¿Por qué? Vieron sus propias fuerzas y no las de Dios.
No iba a ilustrar esto aquí, pero por el rumbo que tomo esta reflexión lo hare…tengo un pequeño sobrino que casi cumple 2 años, y por alguna extraña razón detesta quitarse los calcetines, lo que lo perjudica en estos días de calor intento del verano. El se siente confiado usando sus calcetines con más de 25 grados de calor…cuando se los quitan se queda inmovilizado y no es capaz de dar ni un paso, llora incansablemente hasta que lo van a cargar en brazos o bien le ponen sus calcetines.
Hoy dio cerca de 2 o 3 pasos en el piso helado sin darse cuenta que estaba sin calcetas, pero cuando se percato volvió a llorar.
Y en que nos parecemos a el?? Decía al principio que la oración a la mayoría nos cuesta hacerla, y porque no tenemos el hábito, pero cuando no oramos estamos como mi sobrino, lloramos porque lo que viene frente a nosotros nos duele, nos sentimos indefensos e incapaces de poder caminar sobre esa superficie helada y poco amigable. A los 10 espías les paso algo parecido, no parecía lógico que Dios el que decía que los amaba tanto los llevara a una tierra en la cual antes tendrían que luchar y conquistarla, pero si al menos los habitantes fueran de nuestro tamaño…pero no, les doblaban en tamaño y fuerza, todo era contrario. Y lo peor no fue que ellos hayan tenido miedo, lo peor fue que contagiaron al resto del pueblo y renegaron de Dios, como tantas veces lo habían hecho cuando las cosas no salian como a ellos les parecía.
Resultado de ello un castigo aun peor, fueron condenados a nunca llegar a esa tierra, y toda una generación pasó antes de que pudieran llegar al lugar que Dios había prometido, de los 12 que fueron enviados solo 2 permanecieron fieles y estos pudieron ver lo que tanto habían anhelado.
Dios no quiere que seamos súper cristianos, sin debilidades ni luchas, lo que quiere es que en medio de todo ello le tomemos en cuenta y El sea quien con ayude, de lo contrario no seguiremos sintiendo débiles y sin fuerzas incapaces de lograr nada.
El ha prometido que estaría con nosotros todos los días hasta al final de los tiempos, y que nos guiaría y conduciría a toda a verdad y a toda justicia por medio de su Espíritu Santo.
Finalmente entre volver a orar y no hacerlo existe solo un paso: Hacerlo. Y si nada extraordinario sucede, ya ocurrirá mañana o pasado o quizás más tarde, pero si de algo estoy convencida es que no hay persona que no le pase nada estando en la presencia de Dios.
Bendiciones!