¿Que tipo de leña eres?

 

Estamos en pleno otoño, y aun más acá donde vivo hay frio la mayoría de los meses del año, salvo diciembre, enero y febrero. Y como el Invierno se nos viene ya encima, dependemos de la calefacción a leña para pasar el frio, y hace un rato mientras intentaba revivir el fuego (lo siento no soy muy buena con eso, lo reconozco) pensaba en que para que arda el fuego es primordial el tipo de leña que se ocupe, todos sabemos que la leña seca es la mejor, y que la leña húmeda no arde con facilidad. Ahora sucede que la leña seca es mucho más costosa que la leña verde, y no es de mucha ayuda para la economía porque se gasta más rápido.

Aunque no lo creas…Dios quiere que seamos como la leña seca, que basta el solo encendido de una caña de fósforo para prender de inmediato…Muchas veces estamos ante su presencia como palos verdes…nuestro corazón está frio…y aunque oramos…solo se transforma en un monólogo personal donde no escuchas la voz de Dios ni quieres hacerlo…

Te pregunto entonces: «Que tipo de leña eres»? eres leña seca con la que la combustión es más rápida o eres leña verde, que tarda mucho más en consumirse?

No digo que la leña verde sea mala…al final prende igual, pero demora mucho más…Eso pasa cuando estamos ante su presencia y no estamos con la disposición de buscarle, solo vamos porque hay que hacerlo…entonces Dios cuando quiere decirnos algo, demoramos mucho más en que nuestro corazón esté dispuesto y atento para escucharlo…

Pero sabes que es lo más genial…es que ya sea que seamos palos secos o verdes…Dios hace que su fuego arda en nuestras vidas de igual manera porque él es Dios…y aunque le encantaría que fuéramos leñas secas…sabe que la mayoría de nosotros somos como ese fuego que quiere arder pero con leñas verdes…

La Biblia narra que hubo alguien que pudo hacer arder fuego con leños mojados…bueno no fue él quien lo hizo arder…si no Dios…1° Reyes 18:33-35 «Apiló la leña sobre el altar, cortó el toro en pedazos y puso los pedazos sobre la madera Luego dijo: «Llenen cuatro jarras grandes con agua y echen el agua sobre la ofrenda y la leña». Una vez que lo hicieron, les dijo: «¡Háganlo de nuevo!». Cuando terminaron, les dijo: «¡Háganlo por tercera vez!». Así que hicieron lo que les dijo, y el agua corría alrededor del altar, tanto que hasta colmó la zanja».

1° Reyes 18:38-39 «Al instante, el fuego del Señor cayó desde el cielo y consumió el toro, la leña, las piedras y el polvo. ¡Hasta lamió toda el agua de la zanja! Cuando la gente vio esto, todos cayeron rostro en tierra y exclamaron: «¡El Señor, él es Dios! ¡Sí, el Señor es Dios!».

Como  podemos ver…Dios usa hasta lo que nos parece totalmente ilógico, pero hoy solo quiero animarte que aunque tu y yo seamos leños verdes difíciles de encender…todos los días busquemos a Dios, no importa que las primeras veces nos cueste…solo recuerda «la leña verde solo demora en encender…lo importante es que prende y su fuego aunque cuesta mas…es el mas duradero».

Bendiciones!

#NoEstamosSolos

Hace casi una semana estaba esperando locomoción en un momento me detuve a mirar el jardín de mi casa…quienes han ido saben que es bastante largo y tiene varias rosas de diversos colores…pero resulta que eso en primavera y verano se ve muy bien pero en otoño o invierno, no luce muy bonito…

IMG-20160603-WA0001Y estaba mirando cuando me di cuenta que muy entre la reja se veía una rosa…desde mi punto de visión parecía ser la única…se veía solita en medio de todo el jardín….pero luego cuando cambie mi posición observe que no era la única…habían otras, quizás no estaban tan bellas como lo están en verano o primavera, pero estaban vivas y daban cuenta de que aun había color en el jardín…

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Entonces pensé “que al igual que esa rosa de otoño…no estaba sola luchando, si no que cuando las cosas se ponen difícil, vienen las dificultades (el frio, la lluvia, el hielo), creemos que no terminara…y que la lucha es mucha…pero hay veces en que solo hay que cambiar nuestra posición en que estamos observando, para ver que no estamos solos…que no somos los únicos luchando, si no que hay otros más que intentan soportar las mismas condiciones”.

Siempre he sido de la idea de no pedirle  a Dios que pelee por mí, sino que Él me ayude a luchar…porque sé que cuando Él lo hace…entonces no tiene por qué salir mal…y si el resultado no es como lo espero…sé que estará conmigo para fortalecerme y permitirme entender los motivos de lo sucedido y lo que Él quiere que comprenda de aquello.

Hay un himno que se llama “Cuán grande es Él”, otros lo conocen como “Señor mi Dios”, y aunque es bastante antiguo, y varias veces lo cantamos para agradecer a Dios y alabar su grandeza…cuenta la historia que no fue escrito en un momento de gozo, sino todo lo contrario. Este himno nos recuerda que aunque las cosas no salgan bien, y a veces todo se ponga contrario, Dios siempre es fiel y su poder y grandeza son más poderosos que cualquier situación. Cuando dice “mi corazón entona la canción: Cuán grande es Él”, no solo se refiere al órgano que nos permite vivir, sino que alude a todo nuestro ser, toda nuestra alma, cuerpo y espíritu alaban la grandeza de Dios…aun cuando lo que veas actualmente no sea lo más agradable.

Y como Job un día dijo “Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí”. Job 19: 25-27

Bendiciones!