Buenos Días, hoy compartimos un extracto del libro #LaOraciondeJabes de#BruceWilkinson una historia quizás muy común, pero que nos pasa a menudo, cuando nos enfrentamos a grandes desafíos y al comienzo podemos solos, pero llega el momento en que nos encontramos frente a uno mucho mayor, y es ahí donde Dios nuestro Padre entra en acción, antes no quiere decir que no este pendiente de lo que hacemos, pero El sabe que podemos, hasta que ve que solos sera imposible que podamos escalar esa gran montaña, recordándonos que su fidelidad es en todo tiempo.
«Un día cuando nuestros hijos eran preescolares, Darlene y yo fuimos con ello al parque de una gran ciudad al sur de California. Era la clase de parque que hace que un hombre adulto desee volver a ser niño. Tenia columpios, barras para micos y balancines, pero la atracción mas tentadora eran os toboganes, no solo uno sino tres: pequeño, mediano y enorme. David, que tenia cinco años por esa época, arranco como un tiro al tobogán pequeño.
__¿Por que no vas con el y lo acompañas?
__sugirió Darlene.
Pero tuve otra idea__esperemos y veamos que pasa__le dije. Así, pues, nos sentamos a descansar en un banco cercano y observamos. David subió feliz hasta lo mas alto del tobogán pequeño. Agito una mano hacia nosotros con una gran sonrisa y luego con un zumbido se lanzo abajo.
Sin vacilar se movió al tobogán mediano. Había trepado la mitad de la escalera cuando se dio vuelta y me miro. Me hice el desentendido y mire a lo lejos. Con certeza considero sus opciones por un momento y entonces con todo cuidado bajo escalón en escalón.
Mi esposa dijo: __cariño, deberías ir a ayudarlo.
Respondí: __todavía no__ esperaba que el guiño que le hice le asegurada que simplemente no descuidaba a nuestro hijo.
David paso pocos minutos al pie del tobogán mediano y observaba como otros chicos subían, se echaban abajo y a la carrera regresaban para repetirlo de nuevo. Por ultimo afirmo sus ideas y tomo la decisión. El también podía hacerlo. Trepo…y se dejo deslizar. En realidad, lo hizo tres veces sin ni siquiera mirarnos. Luego lo observamos cuando se volvió y se dirigió hacia el mas alto de los toboganes. Ahora Darlene estaba en verdad ansiosa. __Bruce, pienso que no debería deslizarse solo. ¿Que crees?
__No__respondí con tanta calma como me era posible__. Pero no supongo que lo haga. Esperemos a ver que hace.
Cuando David llego a la base del tobogán gigante, se volvió y llamo: __Papito!!__pero me hice como que miraba de nuevo a lo lejos y simule no haberlo escuchado.
Miro hacia arriba, fija y detenidamente a la escalera. Como niño al fin, creyó que alcanzaría las nubes. Observo a un jovencito mayor que se arrojaba con enorme rapidez. Luego, contra todas las probabilidades, decidió intentarlo. Escalón por escalón, mano sobre mano, empezó a subir la escalera. No había hecho ni una tercera parte del camino cuando se paralizo. En ese momento un adolescente venia detrás de el y le gritaba que siguiera. Pero David no podía. No era capaz de subir ni de bajar. Había llegado al punto de un fracaso seguro.
Me apresure a ir hacia el,__¿Estas bien,hijo? __le pregunte desde la parte baja de la escalera.
Yo estaba desde el comienzo del tobogán y me miro desde arriba, sacudido y con temblor, pero se agarro a esa escalera con energía férrea. Y pude saber que tenia una pregunta lista.
Me dijo:___Papi, ¿Vendrás conmigo para deslizarnos juntos? __el muchacho que estaba detrás perdía la paciencia, pero yo no iba a dejar que ese momento se fuera.
__¿Hijo, por que? __le pregunte mientras miraba con atención su pequeño rostro.
__No lo puedo hacer sin ti, papi__me respondió,asustado y tembloroso__. ¡Es demasiado grande para mi!
Me estire tan alto como pude para alcanzarlo y lo levante en brazos. Luego, juntos, trepamos esa larga escalera, casi hasta las nubes. En lo alto, puse a mi hijo entre las piernas y lo estreche contra mi pecho. Y nos deslizamos abajo, riéndonos en todo el camino.
Extracto del libro LA ORACIÓN DE JABES de Bruce Wilkilson