Hace mucho tiempo que no pasaba por aquí, pero hoy Dios no me ha dejado tranquila con lo que escribiré a continuación, quizás alguien navegando en internet deba leerlo en algún momento…
Muchas veces creemos que nuestra vida es tan cotidiana que no tiene ninguna relevancia, nos comparamos con los influencers que muestran una vida dinámica y muy única, que con el tiempo hemos perdido el verdadero sentido con que hacemos lo que hacemos a diario.
En mi caso, por diferentes razones estoy en mi casa, y digamos que no me he desarrollado «profesionalmente» como se acostumbra, a pesar de tener un titulo y varios cursos extras, Dios cerró muchas puertas que podían servirme y en donde podía desarrollarme, y me tiene sirviendo casi de tiempo completo en su obra. A la par, cuido algunas horas al día a mi sobrino, especialmente en las mañanas cuando sus padres se van a trabajar, esa labor no siempre me agrada, porque tengo que despertarme muy temprano y debo organizarme bien, incluso con mis asuntos y pendientes…
El hecho es, que hace tiempo pensaba «pero no siempre lo hare, se confían de que estoy para cuidarlo…» y no les niego, no me levanto con la mejor actitud, aun cuando amo a mi sobrino. Anoche me dije «no ire mañana, que se las arreglen, si no siempre voy a estar»… y debo confesar que deje mi alarma mucho mas tarde…
El hecho es, que puede parecer algo suuuuuper infantil, pero sentía que guardaba rencor en mi corazón, sentía que yo tenia la razón… pero hoy Dios me reprendió por medio del clásico «versículo del dio» de la aplicación de la Biblia que decía: “Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente. Recuerden que el Señor los recompensará con una herencia y que el Amo a quien sirven es Cristo”Colosenses 3:23-24
Y mucho mas, por esas cosas de la vida, tuve que limpiar una alfombra de la casa, la idea era cambiarla por otra, pero resulta que esta nueva alfombra se guardó sucia… no se imaginan como estaba… y mientras limpiaba… Dios habló una vez mas a mi corazón y me dijo «tu eres como esta alfombra, así de sucia estás… y debes ser limpiada constantemente»…
Muchas veces, le he preguntado al Señor la razón de todo lo que hago y de porqué no me he desarrollado profesionalmente como muchos, hoy entendí algo que ya sabía «simplemente porque él, me necesita haciendo otras cosas», sirviendo a otros y contribuyendo quizás en cosas domesticas y sencillas, pero aun con eso, debo hacerlo como un servicio a Dios…
Espero le sirva a alguien mas esto… recuerda: «todos somos como alfombras sucias, que diariamente debemos ser limpiados por la gracia y perdón de nuestro Dios»
Estaba viendo un video sobre C.S.Lewis y vino a mi mente algo que por muchos años había olvidado… Cuando estaba por entrar en la universidad y llegaba el momento de elegir carrera, recuerdo haberlo tenido muy claro, con el tiempo se añadió un anhelo, un buen deseo respecto de lo que quería hacer, yo quería alcanzar a mis compañeros para Cristo! Alguien me diría «imagino que lo pudiste hacer»?… pues no! Dios cambió mis planes, en realidad el primer año si hablé inevitablemente de mi fe y compartí con algunas personas que habían sido «cercanas en un tiempo al evangelio», con ellas me sentía un poco mas cómoda, pero aún así me sentía fuera de lugar, los años siguientes di con el grupo cristiano que justo venía formandose el año en que llegué y se transformaron en mi familia…
Para hacer la historia corta, terminé dejando la universidad y aunque en el último año si pude abiertamente estar cerca de personas e intentar llevarlas a Cristo, Dios estaba tratando con mi corazón. Creo que así pude resumir los años de mi paso por la universidad…
Por años años cuestioné muchas cosas y por qué había ido y estado, pero casi nunca encontré respuestas.
Uno de mis pasajes favoritos se encuentra en 2° Corintios 12:9, donde Dios le dijo al apóstol Pablo «bástate mi gracia», él sabía que podría ser mucho mejor sin ese aguijón, pero simplemente Dios no se lo quitó, sino que le recordaba cada vez que así, él debía depender absolutamente de Dios, tanto así que el Pablo termina diciendo «porque cuando débil, entonces soy fuerte». El lo había entendido, sabía que no sacaba nada con enojarse con Dios por aquello que no le quitaba o la obra que no hacía, a él simplemente le correspondía: confiar y creer.
Así mismo yo he tenido que comprender que pese a no verme «realizada profesionalmente en lo que yo esperaba» (porque yo tenía un plan), Dios ha seguido siendo fiel y él ha puesto sus sueños en mi corazón.
Yo anhelaba convertir a otros con mi ejemplo al decirles «miren, yo soy igual a ustedes pero tengo una fe distinta y confio en alguien más», y mi sueño no era malo, quería ser como C.S.Lewis o como lo han sido tantos mas que han confrontado ideas contrarias a la fe y han marcado la diferencia en ambientes donde no todos llegan… pero primero Dios te cambiará a ti. No puedes intentar a cambiar al mundo sin antes dejar que Dios te transformea ti primero.
El mundo está lleno de personas con buenas ideas, sueños y anhelos, pero pocos desean que Dios los transforme primero a ellos… pocos quieren pagar el precio de morir a sus deseos, para que Dios ponga sus sueños en ellos, porque no serán tus fuerzas, no será tu talento, tu intelecto ni tu apariencia la que cambie al mundo, sino el poder de la Palabra, ella es la que hará el cambio…
Es Dios el que transforma, es Dios el que convence de pecado, es su gracia la que nos salva y fue su amor el que nos perdonó y nos hace Hijos de Dios.
No te olvides quien tiene y debe tener el primer lugar.
“1 Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios.
2 Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.
4 Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: !!Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.
5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.
6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.
7 Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias,
8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.
9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.
10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.
11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?”
Si hacemos un poco de contexto en lo que hemos leído, podemos ver que Dios llama a Moisés, pero no lo llama por que sí, sinó porque el pueblo estaba siendo afligido y habían clamado a Dios por ayuda (Cap 2:23-25)
Es curioso el verso 24, donde dice que “Dios se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob” y es que Dios tenía mala memoria que se había olvidado?
La respuesta está en el verso siguiente, donde dice “miró Dios a los hijos de Israel” → otras versiones dicen
“Miró desde lo alto a los hijos de Israel y supo que ya había llegado el momento de actuar” o
reconoció su obligación de ayudarlos.
Hay momentos en la Biblia respecto de los tiempos, los hebreos o griegos no entienden el concepto de tiempo como nosotros. En el NT podemos distinguir al menos 2:
el cronos
y kyros
No profundizare en ellos en esta ocasión, pero se trata de que hay momentos específicos donde Dios actua, ya que su forma de intervenir en nuestras vidas no es como creemos, ÉL tiene momentos específicos, y es ahí donde actua, interviene, eso es lo que el relato bíblico nos indica, Dios decide intervenir, en un momento específico y determinado, no antes, ni después.
Eso es lo que Israel estaba viviendo, y pos de eso es que Dios llama a un líder, un libertador, si nos vamos al retardo que leímos.
Podemos ver que Dios llama y Moisés responde: “heme aquí”
Hasta este momento, todo bien, todo marcha de maravilla, Dios llamó y Moisés respondió.
Pero vemos que es solo el comienzo, Dios muestra su plan, le dice “te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.”
La orden fue clara, Moisés solo debía seguir diciendo “heme aquí” pero no nos encontramos con esa respuesta, sino con un “¿Quién soy yo?”
Y vemos muchas más excusas que Moisés le da a Dios, com por ejemplo:
Y si no me creen: ¿Qué les digo? (Ex. 3:13; 4:1-2)
Me cuesta hablar en público (Ex. 4:10; 6:30)
Lo curioso de todo eso, es que para cada excusa Dios tenía una respuesta.
No sé cual será o serán sus excusas favoritas, yo tuve las mías por mucho tiempo, pero llegó el momento en que ya no pude, ya no eran válidas, es más Dios mismo como con Moisés me las fue quitando poco a poco, ya no tenía como decirle que no a Dios.
Lo más maravilloso es que uno basa mucho de sus “argumentos” en cosas que para nosotros son de peso, importantes, pero Dios no quiere eso, en Éxodo 4:2 Dios le hace una pregunta a Moisés, es la misma que hoy nos hace a nosotros:
– ¿Qué es eso que tienes en tu mano?
Moisés respondió:
Una vara.
Y tú: ¿Qué tienes para que Dios lo use?
Para muchos la vara sería algo simple y de poco valor, incluso para nosotros, nos miramos y pensamos “qué podrá hacer Dios conmigo”?
Muchas veces miramos el entorno, pero no vemos el propósito, y ese siempre involucrará a otras personas, el propósito no era con Moisés, era con el pueblo, y era sacarlos de Egipto porque no estaban bien, los llevaría a un lugar específico y para eso necesitaba a Moisés para dirigirlos.
Saben, aunque no lo crean por muchos años mi impedimento y excusa para Dios era “no sé hablar en público, me da miedo y qué voy a decir”, y un día pensé en todas las personas a las cuales Dios podía ayudar y bendecir, si dejaba que EL me usara, entonces al mirar por fe en el resultado, mis miedos se fueron.
No miremos la previa, veamos a Dios y en lo que Él puede hacer a través de nosotros.
Y por último, Dios nunca nos llevará a hacer algo que nunca hayamos hecho antes, el cap 3 comienza diciendo que Moises estaba “apacentando” las ovejas de su suegro (las estaba cuidando), tiempo después Dios lo llevaría apacentar un pueblo, lo mismo pasó con David.
Quizás Dios no te haya llamado a liderar un pueblo (Moises) o un reino (David) pero aunque nos haya dejado 1 o 3 personas, Dios nos habrá capacitado antes, solo debemos rendirnos ante su voluntad y decirle “Señor esto tengo, te sirve”?
Dios preguntó ¿Qué tienes en tu mano? Moisés dijo “una vara”, y tu qué tienes”?
Ahora en pandemia ya no hay excusas, ya no podemos, y si cuando termine no hemos crecido en nuestra relación con Dios es porque simplemente no quisimos hacerlo…
La Palabra de Dios en 2° de Corintios 4:17 dice «Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria»
Hoy en un momento de oración estaba agradeciendo y vi que había un hermoso sol (aun cuando estamos en el invierno) pero quise agradecer por eso, y mientras Dios me recordó lo siguiente «no pasarás toda la vida en esta estación, pronto llegará la primavera».
Muchas veces cuando estamos atravesando procesos donde Dios necesita capacitarnos y cambiarnos, hay dolor y creo que nadie quiere eso… pero debemos aprender:
a disfrutar del proceso
depender del Señor (mas búsqueda)
ser agradecidos
No pretendo decirte que evites el dolor o que no llores, pero solo quiero que veas tu proceso de una manera diferente, como hijos/as de Dios es necesario que pasemos momentos de dolor, esa fue la marca de la vida de los apóstoles, y ellos lo entendieron así debido a que la vida de su Maestro (Jesucristo) había sido así.
Cada proceso tiene como finalidad cambiar algo en nosotros, o hacernos mas fuerte para enfrentar alguna otra situación que vendrá y por sobre todo: acercarnos mas a Dios.
Hay una frase que dice «Bendita la crisis que te hizo crecer, la caída que te hizo mirar al cielo, y el problema que te hizo buscar mas a Dios».
Sin los procesos no habríamos cambiado, y aunque las estaciones de invierno y otoño en nuestras vidas muchas veces son bien crudas que otras, no duran para siempre, pronto ya vendrá el cambio de estación. Incluso en los lugares geográficos mas extremos hay variedad de estaciones (ya sea solo invierno y verano) pero siempre hay un cambio.
Así que ánimo! para ti y para mi! Dios tiene el control y no se ha ido a ningún lado, sino que siempre ha estado cerca ayudándonos a salir adelante y curando nuestras heridas.
Hoy publiqué el podcast: «fe en tiempos de espera» habla sobre cuando nos toca esperar en una época donde todo es rápido e instantáneo, espero que sea d bendición para ti, te dejo el link de instagram porque en youtube aun no lo subo, bendiciones!
–Jonás: Es una reflexión que se encuentra en este blog de hace varios años atrás y que quise poder compartir con ustedes en audio. Jonás el profeta al que conocemos por desobediente, encontraremos en una simple y pequeña reflexión que el centro no es su desobediencia sino algo mucho mayor, el protagonista de la historia no es él es: Ninive.
Me acabo de dar cuenta que no había actualizado sobre los últimos podcast, lo siento me cuesta actualizar semana a semana el blog, pero aquí se los dejo:
– «Es necesario que yo mengüe»: Juan el bautista entendió que su tiempo estaba terminando y que Jesús debía brillar… No siempre vamos a querer estar detrás del telón y que nadie note nuestro trabajo… Pero Juan lo entendió, sabía que había nacido para preparar el camino del Salvador, del Mesías.
Hoy en el podcast hablamos sobre esos largos procesos que no siempre entendemos, y que muchas veces parecieran que duran muchooo tiempo. Hablamos y recordamos a Abraham y todo el tiempo que tuvo que pasar para recibir la promesa de tener un hijo. Eso y más hablamos…y Dios nos ilustra también con el proceso del embarazo…una larga espera y cuando está por nacer el bebé vienen los dolores fuertes de la contracción a la madre… dolor antes de terminar un proceso? si y mucho! (ya nos les adelanto mas y escuchen el podcast) 🙂
La semana pasada no actualicé los blog, y no publiqué ningún podcast, así que aquí les dejo el podcast N°4.
Hablamos sobre Maran-ata el mismo tema que hace un tiempo atrás en otra entrada, pero esta vez quise una vez más poder recordarles y animarlos a no quedarse en vacaciones sino en invertor bien su tiempo buscando al Señor para cuando esta pandemia termine.
Si no tienes instagram, lo puedes encontrar en Facebook y tambien en youtube como «podcast cristianos» 🙂