Hoy les quiero compartir un pedacito de uno de mis libros favoritos «Cautivante».
«María de Betania se acerco y ungió con el perfume que costaba el salario de un año. Fue un acto de adoración expiatoria y su aroma lleno la habitación. Jesús es profundamente conmovido por esto. Los hombres allí reunidos estaban indignados. Fue una mujer la que hizo esto por Cristo, así también como fue una mujer la que corrió a la casa del fariseo, sin ser invitada, lavo los pies de Jesús con sus lagrimas, los seco con su cabello y los besó en un acto de intima adoración de arrepentimiento…
Fueron mujeres las que siguieron a Jesús desde Galilea para suplir sus necesidades. Fueron mujeres las unge permanecieron a los pies de la cruz, ofreciéndole el consuelo de su presencia hasta que Jesús respiro por última vez (solo Juan se quedo con ellas). Fueron mujeres a quienes Jesús se rebeló por primera vez, luego de haber resucitado y victorioso Señor.
Las mujeres tienen un lugar especial en el corazón de Dios. La adoración de una mujer le trae a Jesús un inmenso placer y una profunda ministración. Tu puedes ministrar al corazón de Dios.
Lo impactas. Tú importas. Jesús desea que desbordes tu amor en Él, en una adoración extravagante que ministre a su corazón…
Fuiste hecha para el romance y el único que puede ofrecértelo consistente y profundamente es Jesús.
Ofrécele a Él tu corazón»
Sacado del Libro «Cautivante: Revelando el misterio del alma de una mujer» de John y Stasi Eldredge